La expresión “no tengáis miedo” resuena muchas veces en labios de Jesús y en la voz de los profetas. El valor de la locución no se agota en el plano de la seguridad psicológica, sino que abraza la perspectiva teológica. Aguzando el sentido catequético, constituye la invitación que el Señor dirige al ser humano para que busque el sentido de su vida en el designo divino. A lo largo del artículo, perfilaremos el significado teológico de la exclamación “¡no tengáis miedo!”.