El autor nos plantea el escenario postpandemia en el que necesitamos recuperar las relaciones con los demás, nuestra inteligencia social se manifiesta a través de nuestros cuerpos. Como bien dice el Hermano Calixto, sin vida social, nos ahogamos, nos sentimos débiles y manipulables. Lo que necesitamos actualmente es saber curar, cuidar y acompañar a las personas heridas por el sufrimiento, esencialmente, el ocasionado por el vacío existencial que lleva al derrotismo y al sinsentido de la vida. La tecnología es una herramienta maravillosa a nuestro servicio pero que requiere la determinación de utilizar nuestros recursos y, sobre todo, nuestra capacidad crítica. El futuro depende de la educación en valores, en nuevos hábitos higiénicos y en respeto a los demás.