Empiezan a abundar las predicciones de que, hacia la mitad del siglo XXI, las máquinas habrán reemplazado a los seres humanos en la mayoría de los lugares de trabajo. En el presente artículo se distinguen los conceptos de racionalidad y sabiduría y de Inteligencia Artificial débil y fuerte y se apunta que, en un escenario en que humanos y máquinas compartan las tareas de cuidado de las personas enfermadas
y dependientes, la propia fragmentación del cuidado puede provocar su devaluación. Esto es debido a que, en los contextos de cuidado, es la atención a aquellas necesidades más prosaicas de la persona la que suele propiciar la explicitación de su vulnerabilidad afectivo-existencial, siempre más compleja de transparentar.