01 – Música para la solidaridad
2015
Mayo, junio, julio, agosto – 02 | 2015
He decidido convocar un Año de la Vida Consagrada haciéndome eco del sentir de muchos y de la Congregación para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica, con motivo del 50 aniversario de la Constitución dogmática Lumen gentium sobre la Iglesia, que en el capítulo sexto trata de los religiosos, así como del Decreto Perfectae caritatis sobre la renovación de la vida religiosa.
El autor realiza un recorrido histórico sobre la vida consagrada al servicio de la Pastoral de la Salud, enfatizando su expresión de amor, compasión, ternura, consuelo en todas aquellas acciones de cuidado y sanación desarrolladas por aquellos que dedican su vida al servicio de la pastoral de la Salud.
La Vida Consagrada en el área socio-sanitaria se pregunta hoy cómo evangelizar y redefinir la propia identidad religiosa en los nuevos escenarios de evangelización. Por ello a partir de los Evangelios, en el Sínodo celebrado recientemente, se plantea la identidad de la vida consagrada según el modelo de misión evangelizadora, denominado evangelización samaritana.
Preguntarse hoy por los retos de la Vida Consagrada no es una cuestión nueva. Estas reflexiones y aportaciones parten del análisis del contexto social-político-religioso y cultural, que reflejan la evolución que la sociedad ha ido experimentando en los últimos años, al igual que la familia y la Iglesia, y como se ha visto afectada la Vida Consagrada inmersa en este contexto.
La Iglesia a través de los siglos, ha tomado con seriedad y respeto la esencia del hombre, y se ha preocupado por alentarlo y acompañarlo ante situaciones vulnerables de enfermedad, sufrimiento y muerte; ofreciéndole medios para fortalecer todas las dimensiones de su persona, a través de recorrer junto a él un camino de fe y esperanza especialmente ante la experiencia del dolor humano.
Los institutos religiosos en España tienen un gran número de miembros en edades muy avanzadas y con necesidad de algún tipo de cuidados. Se les suele atender en un tipo de comunidades especialmente preparadas para atenderles de la mejor manera posible (que suelen llamar “enfermerías”).