El autor plasma las claves antropológicas de la confianza humana a través del anuncio del arcángel a María: sólo nace y se desarrolla en alteridad acogida y respondida, expresada en el amor auténtico e incondicional, que es capaz de provocar la confianza como respuesta y dinamismo en el ser humano.
Como discípulas y discípulos de Jesús caminamos con otras y otros hacia la vida en plenitud, a través de un proceso histórico, que ante la vida amenazada, pasa por el grito y el dolor, y encuentra respuesta en la confianza en Dios.
La expresión “no tengáis miedo” resuena muchas veces en labios de Jesús y en la voz de los profetas. El valor de la locución no se agota en el plano de la seguridad psicológica, sino que abraza la perspectiva teológica. Aguzando el sentido catequético, constituye la invitación que el Señor dirige al ser humano para que busque el sentido de su vida en el designo divino. A lo largo del artículo, perfilaremos el significado teológico de la exclamación “¡no tengáis miedo!”.
¿Por qué la desconfianza? ¿Se tiene recelo y precaución ante la responsabilidad y el compromiso? ¿Se valora negativamente la capacidad de la persona para responder a la palabra dada? ¿El relativismo generalizado es un subterfugio para declinar la confianza en los demás? ¿No quiere aceptarse la palabra de Dios como revelación de la verdad? ¿Se pone en duda la eficacia intercesión de la santísima virgen María y de los santos?
En esta semblanza biográfica, la autora expone, desde su más profundo conocimiento sobre la figura de San Vicente de Paúl, como éste dedicó su vida a Dios por su infinita bondad y confianza en Él.