Septiembre, octubre, noviembre y diciembre – 03 | 2021
El autor quiere introducirnos en un recorrido etimológico de la palabra cuidar que resultaría muy difícil y opta por presentarnos el Dios que cuida y pide cuidar. Algunos hablan no tanto del Dios Todopoderoso sino del Dios Todocuidadoso.
El final de la vida puede ser un tiempo de profunda humanidad. Primero recordamos algunos de los maestros que nos pueden ayudar en el morir humanamente.
El sufrimiento es una cuestión vital e inquietante para la existencia humana por la convulsión que produce en la persona, respecto de sí misma, de los otros y, si cabe, en la esfera transcendental.
El sufrimiento humano nos interroga por el sentido de nuestra existencia y nos invita a afrontarlo y superarlo ayudados por nuestra capacidad humana de trascendencia. No obstante, algunas personas solicitan finalizar su vida en circunstancia donde perciben un sufrimiento existencial insoportable en el contexto del final de su vida.
Ante el sufrimiento intenso y persistente en el final de vida, algunas personas expresan su deseo de morir. El Deseo de Adelantar la Muerte (DAM) se debe interpretar como una petición de ayuda para evitar ese sufrimiento intolerable para lo cual los profesionales necesitan formación y tiempo.
La detección de una persona con sentimientos de Deseos de Adelantar la Muerte nos confronta con un reto. En primer lugar, la de comprender a la persona, y no abandonarle y tratar de ayudarle de la mejor manera posible, descartando posibles trastornos psiquiátricos.
El Deseo de Adelantar la Muerte (DAM) es una entidad compleja y multifactorial presente en la práctica clínica diaria, en pacientes con enfermedades avanzadas y amenazantes para la vida, y no sólo en el ámbito de los cuidados paliativos.
El Dr. Julio Gómez iba a comenzar con eso tan típico de “vivimos tiempos complejos”, pero enseguida ha reaccionado y se ha dicho: ¿Cuándo no? Cada época ha tenido sus propios momentos difíciles y también momentos de bonanza, pero el sufrimiento siempre, en unos y en otros, ha sido un problema que nos pone a prueba. ¿Por qué sufrir? ¿Qué sentido tiene? Y para los creyentes supone también un reto para su fe.