Estáis llamados a continuar la obra de San Juan de Dios, cuyo carisma sigue enriqueciendo la vida de la Iglesia y de la sociedad humana. Cuando la cultura que desecha y olvida aumenta cada vez más, él nos recuerda – también a través de vosotros- la primacía de los débiles.
Históricamente se han mantenido diversas actitudes ante la discapacidad intelectual y no siempre se han superado todas ellas. Se ha defendido una sociedad del descarte donde las personas con discapacidad intelectual no merecían igual consideración que el resto. Se ha planteado la necesidad de protegerles desde una concepción paternalista extrema y organizándose así múltiples servicios asistenciales.
01 – Un largo camino de la angustia a la esperanza | 02 – Formando enfermeras en Sierra Leona. Una experiencia ética en el programa de hermanamiento