La salud mental de la población infantojuvenil es un tema de creciente preocupación en la sociedad contemporánea. Uno de los…
El autor quiere introducirnos en un recorrido etimológico de la palabra cuidar que resultaría muy difícil y opta por presentarnos el Dios que cuida y pide cuidar. Algunos hablan no tanto del Dios Todopoderoso sino del Dios Todocuidadoso.
Uno de los primeros desafíos para aquellos a los que nos toca acompañar vidas heridas es aprender a mirar con hondura el corazón, tanto el ajeno como el propio. Mirar con la mayor hondura posible el corazón del otro, pero también nuestro propio corazón
La vulnerabilidad, como realidad que da que pensar, ha entrado en las ciencias sociales con una fuerza extraordinaria en los últimos años.
En el marco de las Jornadas Nacionales de Delegados de Pastoral de la salud de España, que tienen como lema este año, siguiendo las indicaciones de la Santa Sede para el año 2019, la cita evangélica ““Gratis habéis recibido, dad gratis” (Mt 10, 8), el autor presenta una propuesta distinta de voluntariado, especialmente con voluntarios jóvenes o jóvenes adultos, que rompe con la realidad habitual de la falta de respuesta a las invitaciones al compromiso que se comparten en general en los diversos ámbitos eclesiales.
Acompañar a la familia del enfermo es así mismo acompañar al enfermo. Asistir a la familia durante la enfermedad de uno de sus miembros es acercarnos a ellos en su momento de mayor vulnerabilidad, cuando la incertidumbre se hace dolorosa, cuando se enfrentan a un mundo desconocido, el de la enfermedad, el sufrimiento, el medio hospitalario, etc.
El acercamiento a los textos bíblicos, especialmente evangélicos, es siempre una aventura con una buena dosis de suspense: si leemos bien no podemos anticipar cuál es el resultado, a qué nos va a impulsar el texto. Los relatos de curaciones de Jesús no son una excepción: su lectura puede sorprendernos.
Acompañar a las familias en su vulnerabilidad exige tener claras tres cuestiones: en qué radica la vulnerabilidad o ‘infirmidad’ de toda persona, en qué consiste la familia y qué es acompañar.
Acompañar a una familia es hacer con ellos un camino, abrir un proceso de encuentros pautados durante un tiempo. Estos encuentros tienen un componente de sorpresa, de imprevisibilidad y resulta fundamental estar abiertos a la novedad que supone cada familia, cada persona, y a la sorpresa que nos trae cada encentro.
Para poder hablar del acompañamiento pastoral hay que partir del significado mismo de la denominación “pastoral de la salud” tan acertadamente designada, ya que el objetivo de dicho acompañamiento es procurar la salud en la enfermedad, no sólo en el enfermo, sino en la familia y en el mismo agente de pastoral.