La rápida evolución de la Inteligencia Artificial (IA) ha abierto nuevas oportunidades en campos como la medicina, la educación y…
Este texto explora la necesidad innata de cuidar y ser cuidados desde tiempos ancestrales, reflexionando sobre la compasión humana y…
Se aborda el concepto de cuidado como un verbo de acción fundamental en la historia de la humanidad. Se exploran…
El autor analiza en este artículo el impacto inminente de la inteligencia artificial (IA) en el cuidado de la salud,…
El sufrimiento es una cuestión vital e inquietante para la existencia humana por la convulsión que produce en la persona, respecto de sí misma, de los otros y, si cabe, en la esfera transcendental.
Cuando la enfermedad se presenta sin llamar a nuestra puerta o a la de nuestros seres queridos, nos sentimos, a la vez, desamparados y vinculados de una manera nue va y aún más profunda. La enfermedad, aunque cierra muchas posibilidades, abre ciertos espa cios en los cuales es posible “sentir y gustar in ternamente” que somos hermanas y hermanos. La enfermedad, paradójicamente, puede vivirse como espacio de fraternidad.
La vertiente de novedad que he encontrado para este artículo consiste en vincular las categorías “cuidado” y “encuentro” y ver cuánto da de sí ese vínculo para la ética.
Las principales contribuciones del artículo son la presentación del contexto actual a través de la identificación de los distintos tipos de robots que pueden ser encontrados en el ámbito asistencial y del cuidado, la justificación de la necesidad de una práctica ética, consciente y crítica, para la humanización de entornos robotizados y la aportación de algunas acciones que pueden ser adoptadas para promover la humanización en la era de la robótica.
La feminización de las disciplinas dedicadas al cuidado adquiere en la actualidad un interés relevante por los retos sociales, políticos y académicos que plantea. Es importante visibilizar e incluir las cuestiones de género e igualdad en los distintos planes que tengan como objeto central los cuidados, por tal de promover prácticas laborales y sociales que refuercen su ejercicio y que empoderen a los profesionales responsables.
La razón de cuidar es que en el centro del escenario está una persona que vive una experiencia única de sufrimiento. El dolor cotidiano y las limitaciones reclaman cuidado y presencia, pero ¿qué nos lo impide? La lucha está entre acercarnos y rodear, que es sinónimo de abandono.