Es innegable que el gran progreso tecno-científico ha contribuido a mejorar la vida, tanto la calidad como la cantidad, de muchas de las personas que viven en nuestro planeta.Sin embargo, esta revolución ha supuesto un deslumbramiento en la ciencia y lo que ella conlleva, que muchas veces dificulta un debate de fondo sobre los límites. El desarrollo tecno-científico supone una enorme mejora, pero también una amenaza.