Hace treinta años, san Juan Pablo II instituyó la Jornada Mundial del Enfermo para sensibilizar al Pueblo de Dios, a las instituciones sanitarias católicas y a la sociedad civil sobre la necesidad de asistir a los enfermos y a quienes los cuidan.
Este artículo pretende aportar algunas pistas por dónde enfocar el complejo tema de la humanización en relación con la asistencia a las personas respecto a la salud y a la enfermedad.
En este artículo se concreta la manera cómo humanizar la asistencia sanitaria a través de la relación de ayuda. Esta relación consiste en ayudar a buscar en el enfermo todos sus recursos personales para lograr superar la situación así como considerarle positivamente, aceptarlo incondicionalmente.
Refl exionar sobre la identidad y el sentido de pertenencia del voluntariado requiere estar atentos a los posibles disfraces de la auténtica solidaridad, a las posibles falsas motivaciones en la promoción del mismo, a la posible búsqueda de otros objetivos y sentimientos que no se corresponde a la realidad de la actuación voluntaria y generosa de pensar y ayudar al otro.
El acercamiento a los textos bíblicos, especialmente evangélicos, es siempre una aventura con una buena dosis de suspense: si leemos bien no podemos anticipar cuál es el resultado, a qué nos va a impulsar el texto. Los relatos de curaciones de Jesús no son una excepción: su lectura puede sorprendernos.
Desde Jesús de Nazaret todos los cristianos han llevado a cabo formas diferentes de realizar el mandato de cuidar y atender a los enfermos. La reflexión y estudio han extraído conclusiones prácticas para los momentos diversos de la historia. La historia de la Iglesia es una historia más que excelente en este servicio a la vida, especialmente al hombre necesitado, frágil y enfermo.
Para reflexionar sobre el ser y el actuar del agente de pastoral de la salud en el hospital, la Iglesia dispone de una documentación2 que nos ayudará a encontrar el sentido y el papel que el agente de pastoral ha de asumir para una nueva evangelización en los centros hospitalarios, especialmente los de titularidad pública.
En esta semblanza biográfica, la autora expone, desde su más profundo conocimiento sobre la figura de San Vicente de Paúl, como éste dedicó su vida a Dios por su infinita bondad y confianza en Él.
El autor presenta estos dos acontecimientos, sus inicios, el espíritu que animó a las personas que han estado al frente, algunos resultados y retos. Sobre los dos binarios, Pastoral de la salud y Bioética, se ha hecho un buen camino, pero queda mucho por hacer. Se dará cuenta el lector a medida que vaya entrando en su lectura.