La confi anza es una actitud necesaria para abordar cualquier relación interpersonal. La atención a los procesos de vulnerabilidad social o en salud necesita de relaciones entre personas desconocidas en momentos clave de crisis existenciales.
Este artículo tiene como objetivo, narrar el compromiso de la Institución eclesiástica con la ciencia y el saber, que puede resumirse en estos tres verbos: primerear, dialogar, interpelar.
El tema del lugar y de la importancia que tiene la pastoral a favor de las personas con discapacidad, es muy amplio y complejo en el ministerio de la Iglesia. Por consiguiente, requeriría un espacio mucho más grande de lo que pueda disponer en esta circunstancia, pero seguramente también de una nutrida multiplicidad de competencias.
Desde Jesús de Nazaret todos los cristianos han llevado a cabo formas diferentes de realizar el mandato de cuidar y atender a los enfermos. La reflexión y estudio han extraído conclusiones prácticas para los momentos diversos de la historia. La historia de la Iglesia es una historia más que excelente en este servicio a la vida, especialmente al hombre necesitado, frágil y enfermo.
El obispo responsable de la Pastoral de la Salud, Mons. Jesús Fernández, expone en su ponencia su satisfacción por cómo surgen en todo el mundo iniciativas promoviendo la justicia ambiental, la solicitud hacia los pobres y el compromiso responsable de la sociedad.
La presencia de la Iglesia junto a los enfermos, sus familias y las personas que les atienden en los hospitales, profesionales y voluntarios, ha sido siempre una constante de la pastoral de la Iglesia. Más aún, en estos momentos en los que hay un desplazamiento cuantitativo desde la casa al hospital o a las residencias, debido a la nueva configuración de la vida ciudadana, especialmente en las grandes ciudades.
El cometido de la teología pastoral es “pensar desde la fe la acción de la Iglesia en la historia”1. Por tanto, la intención de este trabajo es pensar la acción que en este momento la Iglesia española está desarrollando en los hospitales, a la luz de la fe, y tratar de hacer un planteamiento del futuro partiendo de los retos que se le presentan.
Para reflexionar sobre el ser y el actuar del agente de pastoral de la salud en el hospital, la Iglesia dispone de una documentación2 que nos ayudará a encontrar el sentido y el papel que el agente de pastoral ha de asumir para una nueva evangelización en los centros hospitalarios, especialmente los de titularidad pública.
El autor presenta estos dos acontecimientos, sus inicios, el espíritu que animó a las personas que han estado al frente, algunos resultados y retos. Sobre los dos binarios, Pastoral de la salud y Bioética, se ha hecho un buen camino, pero queda mucho por hacer. Se dará cuenta el lector a medida que vaya entrando en su lectura.