Hace treinta años, san Juan Pablo II instituyó la Jornada Mundial del Enfermo para sensibilizar al Pueblo de Dios, a las instituciones sanitarias católicas y a la sociedad civil sobre la necesidad de asistir a los enfermos y a quienes los cuidan.
El sufrimiento es un misterio. Se esconden tras esta palabra tantas realidades, tantas personas que uno conoce, tantas situaciones, tantos rostros, tantas experiencias…Son interminables. Y no obstante es posible ver sonreír en medio del dolor y atisbar un rayo de luz aún en medio de las situaciones más desesperantes. Es posible ver la resurrección tantas veces.