A partir de la convicción de que las situaciones de exclusión social son fruto de relaciones y decisiones personales, obviamos que, en realidad, tienen un orígen estructural fundmaentado en la desigualdad social y la inseguridad (laboral, educativa, social, en la salud, legal). Este marco de desigualdad, y debido al contexto de crisis, se ha agravado en lugar de recortarse, como hubiera sido deseable como respuesta a la crisis.