Hace treinta años, san Juan Pablo II instituyó la Jornada Mundial del Enfermo para sensibilizar al Pueblo de Dios, a las instituciones sanitarias católicas y a la sociedad civil sobre la necesidad de asistir a los enfermos y a quienes los cuidan.
Cuando se pronuncia o se dice el nombre de Dios, también se habla de su identidad. En el Antiguo Testamento Dios tiene muchos nombres para llamarse Yahvé o Elohim, o El Shaddai, o Él o el Señor. De todos los nombres de Dios que hay, el autor elige uno que, para él tal vez sea el que de forma más bella explique la identidad de Dios. Es el término Yahvé. Y nos recuera que la pronunciación correcta en lengua antigua
es Yahvé, nunca es Jehová. Jehová es un artificio literario.
La vertiente de novedad que he encontrado para este artículo consiste en vincular las categorías “cuidado” y “encuentro” y ver cuánto da de sí ese vínculo para la ética.