La múltiple oferta de vías comunicativas y fuentes de información favorece el aumento de la desinformación. La ciudadanía se enfrenta al difícil cometido de evaluar la fi abilidad y validez del ingente volumen de información que circula por Internet, a lo que se añade la aparición de noticias falsas o fakes news.
La pandemia del SARS-CoV-2 ha originado no solo la mayor avalancha de estudios científicos de la historia sino también durante varios meses ha eclipsado cualquier otro asunto informativo en medios de comunicación y redes sociales. El miedo, la incertidumbre y la impotencia hipnotizaron el interés mundial.