El autor nos sitúa en el término infl uencer que hace referencia a personajes de muy diversa condición que acumulan grandes cantidades de seguidores de su actividad, por lo general muy intensa, en redes sociales.
La tecnología y las capacidades puestas en la salud y asistencia sanitaria, también demandan formas de inteligencia humana que no hemos sido capaces de reproducir tales como la empatía o los juicios emitidos tomando en consideración factores profundamente individuales. Sigue siendo preciso el principio de humanización personal y asistencial.
Estáis llamados a continuar la obra de San Juan de Dios, cuyo carisma sigue enriqueciendo la vida de la Iglesia y de la sociedad humana. Cuando la cultura que desecha y olvida aumenta cada vez más, él nos recuerda – también a través de vosotros- la primacía de los débiles.