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02 | Num.339
La Inteligencia Artificial
y su impacto en la bioética contemporánea

Ramón Castejón García OH
Enfermero especialista en Salud Mental. Dirección y Administración de Servicios de Enfermería.
Máster de Gestión Sanitaria y Hospitalaria. Centro Santa María de la Paz. Madrid

La inteligencia artificial (IA) está transformando el campo de la salud, ofreciendo avances significativos en diagnóstico, tratamiento y atención al paciente. Sin embargo, estos desarrollos plantean desafíos éticos que requieren una reevaluación de los principios fundamentales de la bioética. Este artículo explora cómo la IA adquiere y procesa datos para generar conocimiento y destaca sus aplicaciones clave en la salud, como el diagnóstico médico, la predicción de enfermedades, y el desarrollo de medicamentos. Asimismo, se analizan las implicaciones bioéticas relacionadas con la privacidad, la equidad en el acceso a tecnologías avanzadas, y la humanización de la atención médica, subrayando la necesidad de un marco ético robusto para guiar el uso responsable de la IA en la medicina.
 
Palabras clave: : Inteligencia Artificial (IA), Bioética, Diagnóstico médico, Algoritmo, Salud
Artificial intelligence (AI) is transforming the health field, producing significant advances in the diagnosis, treatment and care of patients. Nevertheless, these developments pose ethical challenges that call for a reassessment of the fundamental principles of bioethics. This article explores how AI acquires and processes data to generate knowledge, highlighting its key health applications, as in medical diagnosis, prediction of disorders and development of pharmaceuticals. Likewise, consideration is given to bioethical implications relating to privacy, equity of access to advanced technologies, and humanisation of medical care, emphasising the need for a robust ethical framework to guide the responsible use of AI in medicine.
 
Keywords: Artificial intelligence (AI), Bioethics, Medical diagnosis, Algorithm, Health.

La inteligencia artificial (IA) ha irrumpido en diversos campos, transformando industrias y redefiniendo procesos. En el ámbito de la salud, sus avances ofrecen prometedoras mejoras en el diagnóstico, tratamiento y atención al paciente. Sin embargo, estas innovaciones también plantean desafíos éticos significativos. La bioética, como disciplina que aborda las cuestiones éticas surgidas de la medicina y las ciencias de la vida, se encuentra en un punto de inflexión.

No obstante, la IA se ha venido desarrollado a lo largo de décadas mediante la combinación de investigación científica, avances tecnológicos y algoritmos[1].

  • Aprendizaje automático (Machine Learning)[2]:  Es una rama fundamental de la IA que se basa en entrenar modelos con datos para que puedan aprender patrones y tomar decisiones sin programación explícita.
  • Redes neuronales artificiales: Inspiradas en el funcionamiento del cerebro humano; estas redes son fundamentales para el aprendizaje profundo (deep learning).
  • Algoritmos genéticos: Se inspiran en la evolución biológica y se utilizan para optimizar soluciones en problemas complejos.

La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una mera promesa futurista y se ha convertido en una realidad que impacta profundamente en la medicina y la atención sanitaria.

La irrupción de la inteligencia artificial en la salud es un fenómeno que ha capturado la imaginación y las expectativas de muchos, ofreciendo visiones de un futuro donde la precisión y la eficiencia del diagnóstico y el tratamiento médico se ven amplificadas por la capacidad de procesamiento y análisis de la IA. Sin embargo, estas promesas deben ser analizadas con un ojo crítico hacia los desafíos éticos que inevitablemente surgen.

La bioética, como campo dedicado a examinar las implicaciones morales de la biomedicina, se enfrenta a nuevos dilemas que van más allá de los problemas tradicionales.

Este artículo pretende explorar cómo la IA puede influir en los conceptos actuales de bioética, especialmente en lo referente a los cuidados de la salud, el tratamiento de enfermedades y la humanización de la atención al paciente.

01 | ¿Cómo la IA adquiere y procesa información para generar conocimiento?

La inteligencia artificial (IA) se sustenta en la adquisición y el procesamiento de datos, que constituyen la esencia misma de su funcionamiento. Estos datos actúan como los bloques de construcción fundamentales sobre los cuales se entrena y desarrolla la IA. Una de las principales fuentes de datos son los sensores, dispositivos que capturan información del entorno real, como la temperatura, la humedad, la presión atmosférica o cualquier otra variable cuantificable. Estos sensores pueden estar integrados en dispositivos físicos o instalados en sistemas específicos para recopilar datos en tiempo real[3].

Por otro lado, la vasta red de Internet también desempeña un papel crucial como fuente de datos para la IA. La web alberga una cantidad abrumadora de información, que incluye desde artículos de noticias, documentos académicos y libros electrónicos hasta publicaciones en redes sociales, vídeos, imágenes y más. La capacidad de acceder y procesar esta inmensa cantidad de datos proporciona a los sistemas de IA una riqueza incomparable de información sobre una amplia gama de temas y áreas de interés[4].

Además, la IA también puede aprovechar datos generados por humanos, como transcripciones de conversaciones, historiales médicos, registros financieros, datos de tráfico, entre otros. Estos datos, a menudo estructurados en bases de datos, archivos de texto o formatos específicos, proporcionan información valiosa que puede ser utilizada para entrenar modelos de IA en una variedad de aplicaciones y contextos[5]

Una vez que los datos son recopilados, la IA los procesa utilizando una variedad de técnicas, como el aprendizaje automático y el procesamiento del lenguaje natural, para extraer patrones, identificar correlaciones y generar conocimiento[6].

Este proceso de análisis de datos es fundamental para el funcionamiento de la IA, ya que permite a los sistemas comprender el mundo que los rodea, tomar decisiones informadas y realizar tareas específicas de manera eficiente y precisa.

02 | La Inteligencia Artificial en la Salud: Panorama General

La IA se ha incorporado en múltiples facetas del cuidado de la salud. Entre sus aplicaciones más destacadas se incluyen:

  1. Diagnóstico Médico: La IA tiene el potencial de revolucionar el diagnóstico médico al analizar grandes volúmenes de datos y detectar patrones que pueden escapar al ojo humano. Algoritmos avanzados pueden interpretar imágenes médicas, como radiografías y resonancias magnéticas, con una precisión que rivaliza o incluso supera a la de los radiólogos, prometiendo así mejoras significativas en la precisión diagnóstica y la predicción de brotes de enfermedades.Sin embargo, esta capacidad también plantea preguntas éticas importantes. ¿Cómo se asegura la transparencia en los algoritmos de IA para que los profesionales de la salud y los pacientes puedan entender y confiar en las decisiones tomadas por estas tecnologías?[7] Además, la dependencia excesiva en la IA podría deshumanizar la práctica médica, convirtiendo a los pacientes en meros conjuntos de datos en lugar de individuos con experiencias y contextos únicos[8]
  2. Predicción de Enfermedades: Los sistemas de IA pueden prever la aparición de enfermedades basándose en la historia clínica y los datos genéticos de los pacientes. Estos sistemas analizan grandes volúmenes de datos, identificando patrones y factores de riesgo que pueden no ser evidentes para los médicos humanos. Al integrar información detallada de la historia médica del paciente con datos genéticos, la IA puede generar predicciones precisas sobre la probabilidad de desarrollar ciertas enfermedades[9].Este enfoque permite una medicina más personalizada, donde las intervenciones preventivas y los tratamientos pueden adaptarse específicamente a las necesidades individuales de cada paciente.La capacidad de la IA para prever enfermedades no solo se limita a las condiciones genéticas, sino que también puede extenderse a enfermedades crónicas y otras condiciones de salud, proporcionando una herramienta poderosa para la medicina preventiva.Al identificar riesgos de manera temprana, los sistemas de IA pueden facilitar la implementación de estrategias de prevención y monitoreo más efectivas, mejorando así los resultados de salud a largo plazo.Este avance subraya el potencial transformador de la IA en la medicina, permitiendo a los profesionales de la salud adelantarse a los problemas y abordar las enfermedades antes de que se manifiesten plenamente[10].
  3. Desarrollo de Medicamentos: La IA acelera el proceso de descubrimiento de fármacos, identificando posibles candidatos más rápidamente que los métodos tradicionales.Utilizando algoritmos avanzados y técnicas de aprendizaje automático, la IA puede analizar vastas cantidades de datos biomédicos, genéticos y químicos en un tiempo significativamente menor. Esto permite a los investigadores identificar compuestos potencialmente efectivos con mayor rapidez y precisión.La IA puede simular cómo diferentes fármacos interactuarán con objetivos biológicos específicos, previendo posibles efectos secundarios y optimizando las propiedades farmacológicas desde las primeras etapas del desarrollo[11]. Este enfoque no solo reduce el tiempo necesario para llevar un medicamento desde el laboratorio hasta los ensayos clínicos, sino que también disminuye los costos asociados al proceso de investigación y desarrollo.La capacidad de la IA para identificar patrones complejos en los datos también facilita la redirección de medicamentos existentes para nuevas indicaciones, maximizando el uso de compuestos ya aprobados y seguros.En resumen, la integración de la inteligencia artificial (IA) en el descubrimiento de fármacos representa una revolución en la biomedicina, acelerando la innovación y mejorando la eficiencia de una industria crucial para la salud global.

    La IA está transformando la industria farmacéutica al acelerar la innovación y mejorar la eficiencia en la búsqueda de tratamientos para enfermedades concretas. Su capacidad para procesar grandes volúmenes de datos biomédicos, identificar nuevos objetivos terapéuticos y diseñar compuestos químicos específicos es fundamental para avanzar en la medicina personalizada y abordar enfermedades complejas[12].

    Al analizar patrones en datos genómicos, proteómicos y clínicos, la IA puede prever interacciones moleculares, optimizar propiedades farmacológicas y sugerir combinaciones terapéuticas prometedoras, todo ello en un tiempo récord y con una precisión sin precedentes.

    Este enfoque innovador no solo reduce los costos y el tiempo de desarrollo de nuevos medicamentos, sino que también abre nuevas posibilidades para el tratamiento de enfermedades antes consideradas intratables o enfermedades raras.

    En última instancia, la IA está desempeñando un papel crucial en la mejora de la salud global al facilitar el descubrimiento y desarrollo de terapias más efectivas y personalizadas[13].

  4. Atención Personalizada: Las aplicaciones de inteligencia artificial (IA) han revolucionado la medicina al poder diseñar planes de tratamiento individualizados, lo que optimiza la eficacia terapéutica y minimiza los efectos secundarios.Esta capacidad de la IA para analizar datos clínicos, biomédicos y genéticos permite la personalización de los tratamientos en función de las características específicas de cada paciente, como la genética, el historial médico y las preferencias individuales.Al procesar grandes cantidades de información, la IA puede identificar patrones y correlaciones que pueden no ser evidentes para los profesionales de la salud, lo que conduce a recomendaciones de tratamiento más precisas y efectivas. Además, la IA puede prever posibles reacciones adversas y ajustar los planes de tratamiento en consecuencia, mejorando así la seguridad y la tolerabilidad de los diversos fármacos.En última instancia, esta capacidad de la IA para diseñar planes de tratamiento individualizados representa un avance significativo en la medicina personalizada, ofreciendo un enfoque más preciso y eficiente para el cuidado de la salud[14].

    La automatización de tareas administrativas y rutinarias ofrece una oportunidad para que los profesionales de la salud dediquen más tiempo a la interacción directa con los pacientes, lo que contribuye a una atención más centrada en el individuo. Además, esta automatización puede prevenir errores de identificación de pacientes, mejorando la seguridad y la eficiencia en los procesos médicos.

    En última instancia, esta redistribución de responsabilidades puede fortalecer la relación médico-paciente, permitiendo un enfoque más completo y personalizado en la atención sanitaria[15].

  5. Tratamiento y rehabilitación de pacientes. Los robots asistenciales pueden ayudar con tareas de movilidad, administración de medicamentos y terapias, aliviando la carga de trabajo de los profesionales sanitarios y brindando un apoyo más personalizado a los pacientes.Asimismo, los avances en neurociencia y neurotecnología, como las interfaces cerebro-computadora, abren la puerta a intervenciones terapéuticas que podrían mejorar o restaurar funciones cognitivas y motrices.
  6. Asistencia en Cirugía: Los robots quirúrgicos guiados por inteligencia artificial (IA) representan una innovación revolucionaria en el campo de la cirugía al ofrecer una precisión sin precedentes y al mismo tiempo reducir los riesgos y los tiempos de recuperación[16].Estos sistemas avanzados pueden realizar procedimientos quirúrgicos complejos con una precisión milimétrica, superando las limitaciones de la destreza manual humana y minimizando el riesgo de errores.

    Gracias a la capacidad de la IA para analizar datos en tiempo real y adaptar los movimientos quirúrgicos en función de la anatomía específica del paciente, los robots quirúrgicos pueden realizar intervenciones con una precisión increíble, lo que reduce el riesgo de daño a tejidos circundantes y acelera la recuperación postoperatoria.

    Además, estos sistemas pueden proporcionar retroalimentación instantánea al cirujano, permitiéndoles tomar decisiones informadas y ajustar su enfoque durante la cirugía[17].

    En consecuencia, los pacientes experimentan tiempos de recuperación más cortos, menor dolor postoperatorio y menos complicaciones, lo que mejora significativamente los resultados y la experiencia quirúrgica en general.

    La combinación de la precisión robótica y la inteligencia artificial no solo está transformando la práctica quirúrgica, sino que también está mejorando la calidad de vida de los pacientes al ofrecer procedimientos más seguros, eficientes y efectivos.

03 | Implicaciones bioéticas en el uso de IA en la salud

  1. Consentimiento informado y privacidad. El uso de IA en salud requiere el manejo de datos personales sensibles, lo que plantea serias preocupaciones sobre la privacidad y el consentimiento informado. Los pacientes deben ser plenamente conscientes de cómo se recopilan, almacenan y utilizan sus datos, y deben tener la oportunidad de consentir o rechazar su uso de manera informada y voluntaria. Esto es crucial en un contexto donde los algoritmos pueden tomar decisiones que afectan significativamente la vida de una persona, desde el diagnóstico hasta el tratamiento[17].La bioética nos llama a asegurar que los principios de autonomía y consentimiento informado sean rigurosamente respetados, lo que implica proporcionar a los pacientes información clara y comprensible sobre los usos potenciales de sus datos y los riesgos asociados. Además, se debe garantizar que los datos de los pacientes se manejen con el mayor respeto a su privacidad, implementando medidas de seguridad robustas para proteger la información contra accesos no autorizados y usos indebidos y evitar abusos y brechas de seguridad[18].

    La transparencia en los procesos y la posibilidad de que los pacientes controlen sus propios datos son fundamentales para mantener la confianza y la integridad en el uso de la IA en salud[19].

  2. Justicia y equidad en la atención sanitaria. Otro aspecto crucial es la justicia en el acceso y la distribución de las tecnologías de IA en salud. Existe el riesgo significativo de que las ventajas de la IA se concentren en los sistemas de salud más avanzados y sean accesibles únicamente para quienes pueden pagarlas, ampliando así las brechas existentes en la atención sanitaria y creando disparidades aún mayores[20].La bioética debe abordar este problema de manera exhaustiva, buscando estrategias para implementar estas tecnologías de forma equitativa. Es esencial garantizar que todos los pacientes, independientemente de su origen socioeconómico, tengan acceso a los beneficios de la IA, lo cual  implica desarrollar políticas y marcos reguladores que promuevan la distribución justa y accesible de las tecnologías de IA, asegurando que no se conviertan en un privilegio de pocos sino en un recurso disponible para todos[21].

    Además, se deben considerar subvenciones y programas de apoyo para los sistemas de salud menos desarrollados, de modo que puedan integrar estas innovaciones sin sufrir cargas financieras insostenibles. La equidad en el acceso a la IA en salud es fundamental para evitar la perpetuación de desigualdades y para asegurar que todos los individuos puedan beneficiarse de los avances tecnológicos en el cuidado de su salud[22].

  3. Humanización de la atención al paciente. La tecnología no debe ser un sustituto de la relación humana en la atención sanitaria. La empatía, la compasión y el contacto humano son componentes esenciales del cuidado de la salud que ninguna máquina puede replicar completamente[23].La interacción cara a cara, el lenguaje corporal y el tono de voz son elementos cruciales para construir una relación de confianza y comprensión entre el paciente y el profesional de la salud.

    La bioética debe asegurarse de que, mientras se integran tecnologías avanzadas, los profesionales de la salud continúen priorizando la humanización de la atención.

    Esto significa que la tecnología debe ser vista como una herramienta para complementar y mejorar, no para reemplazar, la interacción humana. Los profesionales deben mantener una comunicación clara, comprensiva y personal con los pacientes, tomándose el tiempo necesario para explicar diagnósticos y tratamientos, y para responder a preguntas y preocupaciones.

    Es fundamental que los pacientes se sientan escuchados y valorados, y que sus experiencias y emociones sean consideradas parte integral del proceso de atención.

    La humanización de la atención implica también una sensibilidad cultural y personal, reconociendo y respetando las diversas perspectivas y necesidades de cada paciente. Así, mientras las tecnologías avanzadas pueden aumentar la eficiencia y la precisión, es imperativo que no se pierda de vista la esencia humana de la práctica médica, que es fundamental para la calidad del cuidado y el bienestar del paciente.

  4. Responsabilidad y rendición de cuentas. La responsabilidad es fundamental. Cuando una IA toma una decisión errónea que resulta en un daño al paciente, surge la pregunta crítica de quién es responsable: ¿el desarrollador del algoritmo que programó la IA, el profesional de la salud que utilizó la herramienta, o la institución que implementó la tecnología? Esta cuestión de responsabilidad no es solo teórica, sino que tiene profundas implicaciones prácticas y éticas[24].Los algoritmos de IA a menudo son complejos y funcionan como cajas negras, donde ni siquiera los desarrolladores pueden explicar completamente cómo se toman las decisiones. La falta de transparencia puede erosionar la confianza de los pacientes y los profesionales de la salud. Es esencial desarrollar IA que sea explicable y transparente, permitiendo a los usuarios comprender y confiar en sus resultados[25].

    La bioética debe desarrollar marcos claros y específicos para la rendición de cuentas en el uso de IA en la salud, asegurando que siempre haya una supervisión humana activa y que las responsabilidades estén bien definidas en cada etapa del proceso. Esto incluye establecer regulaciones y directrices precisas que determinen cómo se debe documentar el uso de IA, cómo se deben comunicar y gestionar los errores, y cómo se deben investigar y resolver los incidentes adversos[26].

    Es esencial que los desarrolladores de algoritmos se responsabilicen por la calidad y la seguridad de sus productos, asegurando que estos cumplan con los estándares éticos y técnicos más rigurosos.

    Asimismo, los profesionales de la salud deben ser competentes en el uso de estas tecnologías y conscientes de sus limitaciones, manteniendo siempre un juicio clínico informado.

    Las instituciones, por su parte, deben garantizar una implementación segura y efectiva de la IA, proporcionando capacitación adecuada y estableciendo procedimientos claros para la supervisión y el manejo de errores.

    La existencia de un marco robusto de responsabilidad no solo protege a los pacientes, sino que también promueve la confianza en el uso de IA en la medicina, facilitando una integración más ética y efectiva de estas tecnologías en la atención sanitaria.[27].

04 | Dilemas bioéticos en la era de la IA respecto a la Atención al Paciente

La bioética, como disciplina fundamental en la ética médica, se basa en una serie de principios fundamentales, entre los que destacan la autonomía del paciente, la beneficencia, la no maleficencia y la justicia. Estos pilares éticos establecen un marco normativo crucial para la toma de decisiones en el ámbito de la salud.

La introducción de la inteligencia artificial (IA) en la atención médica exige un análisis exhaustivo de estos principios, ya que plantea nuevas interrogantes éticas y desafíos inéditos.

La capacidad de la IA para analizar grandes volúmenes de datos y tomar decisiones autónomas, así como su influencia en el diagnóstico, tratamiento y gestión de la atención al paciente, requiere una evaluación cuidadosa de cómo estos avances tecnológicos pueden afectar la autonomía del individuo, el bienestar general, la prevención de daños y la equidad en el acceso a la atención sanitaria.

En este sentido, la bioética desempeña un papel crucial al proporcionar un marco ético sólido para guiar el desarrollo, la implementación y el uso ético de la IA en la medicina, asegurando que se respeten los valores fundamentales de la ética médica en un contexto de avances tecnológicos acelerados:

  1. Autonomía del Paciente. La autonomía del paciente es un principio fundamental en la ética médica que reconoce el derecho de los individuos a tomar decisiones informadas y autónomas sobre su propia salud.La introducción de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito de la salud puede potenciar este principio al ofrecer información detallada y personalizada que capacita a los pacientes para tomar decisiones más fundamentadas y alineadas con sus necesidades y valores individuales. No obstante, es importante reconocer que la integración de la IA también conlleva riesgos, como la posibilidad de que los pacientes se sientan abrumados o alienados por la complejidad tecnológica[28].Es esencial que los sistemas de IA sean diseñados con un enfoque centrado en el usuario, priorizando la transparencia y la comprensibilidad. Esto implica que la IA debe ser capaz de explicar claramente sus recomendaciones y procesos de toma de decisiones, así como ofrecer opciones claras y comprensibles para que los pacientes participen activamente en sus cuidados médicos[29].

    Al fomentar una relación colaborativa entre la IA y los pacientes, se promueve una toma de decisiones compartida que respeta la autonomía individual y fortalece la confianza en la tecnología médica. En última instancia, el objetivo es que la IA no solo complemente, sino que también empodere la capacidad de autogestión y toma de decisiones de los pacientes, mejorando así la calidad y la personalización de la atención médica[30].

  2. Beneficencia y No Maleficencia. Los principios de beneficencia y no maleficencia constituyen pilares fundamentales en la ética médica, instando a los profesionales de la salud a buscar el beneficio del paciente y a evitar causarle daño[31].La integración de la inteligencia artificial (IA) en la práctica clínica promete mejorar estos principios al proporcionar diagnósticos más precisos y opciones de tratamiento más efectivas.

    La capacidad de la IA para analizar grandes conjuntos de datos y reconocer patrones complejos puede llevar a una identificación temprana de enfermedades y a la personalización de intervenciones médicas, lo que potencialmente mejora los resultados de salud y reduce el riesgo de efectos adversos. Sin embargo, es importante reconocer que la dependencia excesiva en la tecnología también conlleva riesgos[32].

    Los sistemas de IA no están exentos de errores y pueden malinterpretar información, lo que podría resultar en decisiones incorrectas o en la omisión de aspectos importantes en la atención al paciente. Por lo tanto, es esencial mantener un equilibrio entre la tecnología y el juicio clínico humano.

    Los profesionales de la salud deben mantenerse vigilantes y críticos en la interpretación de las recomendaciones de la IA, respaldándose en su experiencia y conocimiento clínico para tomar decisiones informadas y éticas.

    Se debe proporcionar una capacitación continuada en el uso de la IA para garantizar una integración segura y efectiva en la práctica clínica. En última instancia, la colaboración entre la IA y el juicio clínico humano puede optimizar la atención al paciente, maximizando los beneficios de la tecnología mientras se minimizan los riesgos potenciales para la salud[33].

  3. Justicia. El principio de justicia en el ámbito de la salud busca garantizar una distribución equitativa de los recursos, asegurando que todos tengan acceso a la atención médica que necesitan.La inteligencia artificial (IA) se presenta como una herramienta poderosa en la búsqueda de este objetivo al ofrecer la posibilidad de reducir las disparidades y aumentar la accesibilidad a tecnologías avanzadas en salud.La IA puede mejorar el acceso a la atención médica al hacer que los servicios sean más eficientes y asequibles, lo que beneficia especialmente a aquellos que de otro modo podrían enfrentar barreras para obtener atención médica de calidad. Sin embargo, es crucial reconocer que la implementación de la IA puede también perpetuar o incluso ampliar las desigualdades existentes si no se aborda de manera adecuada. Por ejemplo, si las tecnologías de IA se implementan principalmente en entornos de atención médica privada o en áreas urbanas prósperas, podrían dejar rezagados a grupos marginados o a comunidades rurales con recursos limitados[34].

    Por lo tanto, es esencial que los desarrollos en IA se realicen de manera inclusiva y equitativa, teniendo en cuenta las necesidades y contextos diversos de toda la población. Esto implica no solo garantizar que la tecnología esté disponible y sea accesible para todos, sino también adaptarla para satisfacer las necesidades específicas de grupos subrepresentados o marginados.

    Además, se requiere una colaboración activa entre los sectores público y privado, así como la participación de la comunidad, para desarrollar e implementar soluciones de IA que sean verdaderamente inclusivas y que aborden las inequidades existentes en el acceso a la atención médica[35.

    En resumen, el desafío radica en aprovechar el potencial de la IA para mejorar la equidad en la salud, al mismo tiempo que se mitigan los riesgos de aumentar las disparidades, garantizando así que todos los individuos, especialmente los más vulnerables, se beneficien de manera justa de los avances tecnológicos en el cuidado de la salud.

05 | Conclusiones

La inteligencia artificial (IA) se erige como una herramienta poderosa con un potencial transformador que abarca todos los aspectos de nuestra vida. Desde la atención médica hasta la movilidad urbana y la gestión de recursos, su influencia es innegable. Sin embargo, con este poder también vienen responsabilidades éticas que deben ser abordadas con seriedad y atención.

Mientras que estos avances tecnológicos ofrecen un sinfín de posibilidades para mejorar la calidad y eficiencia de los servicios de salud, también plantean importantes desafíos éticos que debemos abordar con cautela y profunda reflexión[36].

La aplicación de la IA en la sociedad contemporánea nos enfrenta a una serie de dilemas éticos y bioéticos que no pueden ser pasados por alto. Desde cuestiones de privacidad y consentimiento informado hasta la equidad en el acceso y la responsabilidad por errores, estos desafíos exigen una reflexión profunda y un enfoque ético en su desarrollo y aplicación.

Es imperativo reconocer que, si bien la IA ofrece promesas de avances significativos, su implementación debe ser acompañada por una sólida base ética que garantice su uso para el bien común.

La bioética emerge como el marco idóneo para guiar estas decisiones, colocando a la humanidad y sus valores fundamentales en el centro de la discusión. Desde principios como la autonomía, la beneficencia, la no maleficencia y la justicia, hasta consideraciones más específicas sobre la equidad en el acceso y la responsabilidad por el uso adecuado de los datos, la bioética ofrece un terreno fértil para la reflexión y el debate.

En este sentido, el diálogo abierto y la reflexión profunda sobre los dilemas éticos y bioéticos asociados con la IA son esenciales para garantizar su desarrollo y aplicación ética. Solo al comprometernos activamente con estos temas y al considerar cuidadosamente las implicaciones éticas de nuestras acciones podemos asegurarnos de que la IA se convierta en una fuerza positiva para el progreso humano.

Es crucial que, como comunidad hospitalaria, reflexionemos profundamente, ponderando cuidadosamente los beneficios y riesgos de estas tecnologías. Debemos promover un enfoque de desarrollo e implementación de la IA que anteponga la dignidad y el bienestar del ser humano por encima de cualquier otro interés.

En última instancia, al abrazar un enfoque ético en la integración de la IA en nuestras vidas, podemos trabajar hacia un futuro en el que la tecnología y la humanidad coexistan en armonía, beneficiando a todos los miembros de la sociedad[37].

Como miembros de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, nuestra misión de cuidar del prójimo y preservar la dignidad humana nos exhorta a examinar detenidamente cómo estas innovaciones pueden impactar en los principios fundamentales de la bioética[38].

Como Hermanos de San Juan de Dios, nuestra vocación nos llama a brindar una atención integral que vaya más allá de lo meramente técnico o procedimental. Debemos asegurarnos de que, incluso en medio de la revolución digital, los pacientes sigan sintiéndose acompañados, escuchados y comprendidos en su sufrimiento. La calidez humana, la empatía y la compasión deben permanecer como piedras angulares de nuestra labor asistencial.

En este sentido, la IA puede ser una herramienta valiosa para liberar a los profesionales de tareas administrativas y logísticas, permitiéndoles dedicar más tiempo y atención a los aspectos relacionales y emocionales de la atención sanitaria[39].

Los sistemas de IA pueden y deben ayudar a personalizar y adaptar los cuidados a las necesidades específicas de cada paciente, fortaleciendo así la atención centrada en la persona.

Los avances de la inteligencia artificial en el campo de la salud representan un desafío ético de gran magnitud para nuestra Orden y para toda la comunidad médica y sanitaria. Si bien estas tecnologías ofrecen un sinfín de posibilidades para mejorar la calidad y eficiencia de los cuidados, también plantean serias interrogantes sobre cómo salvaguardar los principios fundamentales de la bioética y preservar la dimensión humana en la atención a los pacientes.

Como Hermanos de San Juan de Dios, tenemos la responsabilidad de participar activamente en este debate, aportando nuestra voz y nuestra experiencia en la construcción de un futuro sanitario donde la tecnología se ponga al servicio de la dignidad y el bienestar de la persona. Debemos velar por que el desarrollo y la aplicación de la IA en el ámbito de la salud se rijan por una sólida ética del cuidado, que anteponga siempre el respeto a la vida, la autonomía y la justicia[40].

Sólo así podremos honrar la misión que nos ha encomendado nuestro Padre San Juan de Dios: acompañar y cuidar del prójimo con amor, compasión y una entrega total.

Notas
[1] Un algoritmo es un grupo finito de operaciones organizadas de manera lógica y ordenada que permite solucionar un determinado problema. Se trata de una serie de instrucciones o reglas establecidas que, por medio de una sucesión de pasos, permiten arribar a un resultado o solución. En matemáticas, lógica, ciencias de la computación y disciplinas relacionadas, un algoritmo es un conjunto de instrucciones o reglas definidas y no ambiguas, ordenadas y finitas que permite, solucionar un problema, realizar un cómputo, procesar datos y llevar a cabo otras tareas o actividades. En informática o programación, el algoritmo es la secuencia de instrucciones mediante la cual podemos resolver un problema o cuestión. De hecho, todas las tareas ejecutadas por la computadora se basan en algoritmos. Un software o programa informático está diseñado a base de algoritmos, de modo que podemos introducir una tarea en él y resolverla. En resumen, los algoritmos son como recetas paso a paso que nos guían para resolver problemas o realizar tareas específicas.
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