La detección de una persona con sentimientos de Deseos de Adelantar la Muerte nos confronta con un reto. En primer lugar, la de comprender a la persona, y no abandonarle y tratar de ayudarle de la mejor manera posible, descartando posibles trastornos psiquiátricos.
Es fundamental tratar de entender el significado que este sentimiento tiene para esa persona en ese momento, qué subyace detrás de este complejo fenómeno y mirar más de cerca la experiencia de estos pacientes. Después será necesario explorar, con el paciente, cuáles son las áreas de sufrimiento que tienen el papel más importante, es decir, todas las posibles razones de su DAM. Todas pueden ser abordadas por el equipo de paliativos y psicólogos, eventualmente con las ayudas necesarias de otros especialistas, sin olvidar el relevante papel de la familia.
Sin olvidar que un voluntariado bien formado es también de gran ayuda. De lo contrario, respetar el deseo autónomo del paciente podría ir en detrimento de brindar una buena atención y determinar el bien del paciente en todos aquellos casos en los que exista una condición tratable. No hacerlo significaría que corremos el grave riesgo, tanto como profesionales de la salud como individuos, de abandonar a un prójimo a un destino en el que el sufrimiento está presente.