El autor nos enfrenta al sufrimiento de los momentos de etapa final de vida que son de gran trascendencia y expone que no tienen por qué estar relacionados con el dolor físico. Ante el sufrimiento que el Dr. Bátiz califica de total -que engloba las dimensiones física, emocional, social y espiritual- debemos ser capaces de aceptarlo como lo que es para poder ayudar a esa persona.
Si este sufrimiento se hubiera vuelto refractario a los tratamientos debiéramos recurrir a la sedación paliativa para disminuir la consciencia a la persona que lo padece y garantizarle una muerte serena. El autor nos explica en qué consiste esta sedación paliativa, cómo se lleva a cabo y cuándo está indicada. La sedación paliativa la considera un recurso terapéutico y una buena práctica clínica sin eximirla de controversias clínicas y éticas.