La escultura «Ángeles Inconscientes» de Timothy Schmalz, ubicada en la Plaza de San Pedro del Vaticano, es un poderoso homenaje encargado por el Papa Francisco a todas las personas inmigrantes y refugiadas a lo largo de la historia. Representa 140 figuras humanas en una barcaza, simbolizando el desafío evangélico de acoger a los forasteros. Esta obra invita a los visitantes a reflexionar sobre la esperanza y el sufrimiento de aquellos que buscan un futuro mejor en Europa, enfrentándose a dificultades y a menudo a tratos inhumanos. A través de ejemplos concretos, el autor critica la tendencia de Europa a endurecer sus políticas migratorias y aboga por una mayor humanidad en la atención a los migrantes y refugiados. La reflexión se extiende a los retos éticos y prácticos que plantea la integración de estas personas en la sociedad. En este contexto, Salvador Maneu cuestiona la justicia de algunas leyes migratorias y aboga por programas de acogida y asistencia que respeten la dignidad humana y promuevan la convivencia en la diversidad. Finalmente, destaca la importancia de enfrentar el desafío de la pobreza y la exclusión social como problemas estructurales que afectan a toda la sociedad.