Los trastornos mentales afectan a más de 970 millones de personas globalmente, y en España afectan al 10% de los adultos y 1% de los niños, con una mayor prevalencia en mujeres y niños. Este texto examina cómo los conceptos de autonomía y vulnerabilidad impactan a las personas con trastornos mentales. La autonomía, definida como la capacidad de autodeterminación, exige condiciones estructurales favorables y el respeto por derechos fundamentales. La vulnerabilidad, entendida como fragilidad inherente y sociopolítica, puede agravar las desigualdades y la exclusión social. Las personas con trastornos mentales graves (TMG) enfrentan desafíos específicos, como estigma, aislamiento, y violencia, con mayor frecuencia como víctimas que como agresores. Abordar estas realidades requiere un enfoque ético basado en justicia y solidaridad, con énfasis en la capacidad y la dignidad de los pacientes, promoviendo la autonomía sin perpetuar la exclusión.