Este es el panorama: el hombre frente al dolor se interroga, ¿qué es el hombre? ¿cuál es el sentido del dolor, del mal, de la muerte que, a pesar de tan grandes progresos, subsisten todavía?
Para hablar de Dios en el Antiguo Testamento hay muchas formas de hacerlo. Pero hay una, especialmente interesante, intentar discernir lo que significa su nombre.
La llamada del director de Labor Hospitalaria a participar en un número monográfico sobre la ética del cuidado me obliga, por amistad y por compromiso intelectual. Esa temática es para mí conocida y querida, sobre todo desde que hace ya años dirigí la magnífica tesis doctoral de Marta López, doctora en Teología y enfermera, en la cual descubrí la potencia inagotable de la materia. Aquí no quería reproducir sin más argumentos ya abordados en el pasado o volver a enfoques de escritos recientes con motivo de la pandemia. La vertiente de novedad que he encontrado para este artículo consiste en vincular las categorías “cuidado” y “encuentro” y ver cuánto da de sí ese vínculo para la ética.